Martes
23
de Febrero
Sexto de Primaria
Lengua Materna
Bosquejando mi relato histórico
Aprendizaje esperado: Redacta borrador de relato histórico en párrafos, con cohesión, ortografía
y puntuación convencionales.
Énfasis: Elabora un esquema de planificación de un relato histórico sobre un pasaje
elegido, en el que se señalen los aspectos a considerar:
–Los sucesos en orden lógico y
coherente.
–Conectores para indicar orden
temporal, causas y consecuencias.
–Tiempos verbales en pasado
para indicar sucesión y simultaneidad
¿Qué vamos a
aprender?
Aprenderás
a redactar un borrador del relato histórico que contenga párrafos, cohesión,
ortografía y puntuación. Observarás que los sucesos se encuentren en orden
lógico y coherente, y los conectores indiquen orden temporal, causas y
consecuencias, así como que los tiempos verbales se expresen en pasado para
indicar sucesión y simultaneidad, que son características que has venido
trabajando en las sesiones anteriores.
¿Qué hacemos?
Comenzarás la
redacción del borrador de tu relato histórico. Antes de eso, leerás un relato
histórico, reflexionarás sobre sus particularidades, elaborarás un esquema de
planificación que te guíe en la elaboración del borrador de tu relato histórico
y posteriormente, comenzarás la redacción del mismo.
Los
materiales que necesitarás para la clase y que debes tener a la mano son:
cuaderno, libro de texto de Español, algo con que anotar y, de ser posible, un
diccionario.
Hoy leerás un
fragmento de la novela histórica El águila y la serpiente, de Martín
Luis Guzmán. En particular, la parte inicial de la sección titulada “La fuga de
Pancho Villa”, que es parte del libro séptimo denominado “Iniciación de Villista”.
¿Cómo
presentará el narrador de este texto a Pancho Villa? ¿Su visión será diferente
o parecida a la de los textos que leíste antes? Y ¿Qué información nueva le
aportará a mi relato?
Esas preguntas podrán guiar tu lectura.
Actividad 1
Revisa con atención
el siguiente fragmento.
LIBRO SÉPTIMO
INICIACIÓN DE VILLISTA
1
La fuga de Pancho Villa
Carlitos Jáuregui me contó, una noche que
esperábamos en Juárez la llegada de Villa, el origen de sus relaciones con el
guerrillero.
Cuando Villa estaba preso en Santiago
Tlatelolco me iba relatando Jáuregui yo trabajaba como escribiente en uno de
los juzgados militares. Aquellos días los recordaré siempre como los de mi
mayor miseria. Tenía de sueldo alrededor de cuarenta o cincuenta pesos, a causa
de lo cual vivía triste, tan triste que, según me parece, la tristeza se me
echaba de ver en raro contraste con mis pocos años. Para ganar un poco más,
solía ir al juzgado por las tardes, pasadas las horas de oficina, y allí
escribía sólo hasta acabar las copias que me encargaban abogados y reos. Mi
escritorio estaba junto a la reja detrás de cuyos barrotes comparecían los
acusados; de manera que desde mi asiento podía yo ver una parte del pasillo de
la prisión, solitario casi siempre a esas horas.
Una tarde, al alzar la vista de sobre el
escritorio y mirar distraído hacia el pasillo, vi a Villa, de pie tras de la
reja. Había venido tan calladamente, que no sentí sus pasos. Llevaba, como de
costumbre, puesto el sombrero y echado sobre los hombros el sarape.
Buenas tardes, amiguito me dijo amable y
afectuoso.
Su aspecto no era exactamente igual al que le
había conocido las mañanas en que el juez le tomaba declaración o lo llamaba
para cualquier diligencia. Me pareció menos lleno de desconfianza, menos reservado,
más franco. Lo que sí conservaba idéntico era el toque de ternura que asomaba a
sus ojos cuando me veía. Esa mirada, que entonces se grabó en mí de modo
inolvidable, la descubrí desde la primera ocasión en que el juez me encomendó
asentar en el expediente las declaraciones que Villa iba haciendo.
Vengo a ver añadió si quiere usted hacerme el
servicio de ponerme en limpio una cartita.
Luego conversamos un buen rato, me dio el
papel que le debía copiar y quedó en que volvería él mismo a recogerlo a la
tarde siguiente, a la misma hora.
Al otro día, después que hubo recogido su
carta, clavó en mí los ojos por mucho tiempo y, al fin, me preguntó, haciendo
más notable el matiz afectuoso de su sonrisa y su mirada:
Oiga, amiguito: ¿Pues qué le pasa que lo veo
tan triste?
No me pasa nada, general.
No sé por qué llamé yo a Villa general desde
la primera vez que hablamos. Y añadí luego:
Así estoy siempre.
Pues si así está siempre, eso quiere decir que
siempre le pasa algo. ¡Vaya, vaya, dígamelo! A lo mejor resulta que yo puedo
sacarlo de sus penas.
Aquel tono, un poco cariñoso, un poco rudo, un
poco paternal, me conquistó. Y entonces, dejándome arrastrar por la simpatía
que Villa me manifestaba, le pinté en todos sus detalles las privaciones y
miserias de mi vida. Él me escuchó profundamente interesado, y tan pronto como
terminé de hablar metió mano en el bolsillo del pantalón:
Usted, amiguito, me dijo, no debe seguir
padeciendo de ese modo. Yo voy a encargarme de que su vida cambie. Por
principio de cuentas, tome esto para que se ayude.
Y me tendió, por entre los barrotes de la
reja, un billete de banco doblado tantas veces que parecía un cuaderno
diminuto.
Al principio yo rechacé con energía aquel
dinero que no había pedido; pero Villa me convenció pronto con estas palabras:
Acepte, amiguito; acepte y no sea tonto. Yo le
hago hoy un servicio porque puedo hacérselo. ¡Usted qué sabe si mañana ha de
resultar al revés! Y tenga por seguro que si en su mano está hacer algo por mí
cualquier día, no esperaré a que me lo ofrezca: se lo pediré yo mismo.
Esa noche, ya en la calle, estuve a punto de
desmayarme al pie del primer foco de luz que encontré en mi camino. Al
desdoblar el billete vi algo que apenas podría creer: ¡el billete era de a cien
pesos! ¡Nunca había tocado con mis manos otro billete igual! Tenía dibujada,
sobre fondo rojo, una hermosísima águila mexicana con las alas abiertas y muy
largas.
Guzmán, Martín Luis, El águila y la serpiente,
México, Colección Málaga, 1977, pp. 187-190.
¿Qué te pareció la lectura?
Retoma las preguntas guía para entender mejor el
contenido del fragmento que acabas de leer.
Acerca de la pregunta sobre el lugar del que se fugó
Villa, es que se escapó de la cárcel gracias a Carlos Jáuregui, el escribiente
mencionado en el relato. Si quieres averiguar más sobre el asunto deberás
hacerlo por tu cuenta, se trata de una historia muy emocionante, también se
dice que no desaprovechó el tiempo y que aprendió a leer y a escribir ahí, en
la cárcel.
¿Qué opinas sobre la manera en que el narrador
presenta a Pancho Villa en este texto?
Como pudiste advertir, es representado con sombrero
y sarape, además, el narrador lo pinta con un lenguaje muy formal como una
especie de persona capaz de hipnotizar con la mirada y con el buen trato, como
una especie de seductor, pues dice, por ejemplo:
“clavó en mí los ojos
por mucho tiempo y, al fin, me preguntó, haciendo más notable el matiz
afectuoso de su sonrisa y su mirada”.
“Aquel tono, un poco
cariñoso,
un poco rudo, un poco
paternal,
me conquistó”.
Por otro lado, ¿Qué información nueva crees que
podría aportarle al relato histórico que estás escribiendo?
Es probable que los aspectos que te resultan más
atractivos sean, sobre todo, la insistencia en la manera de representar a Villa
como un ser muy especial, súper astuto y con una enorme capacidad para convencer
y seducir a los demás, por otro lado, la lectura de este relato puede ser útil
porque te da pistas sobre otros aspectos de Villa y sobre los que deberías
investigar más, como las circunstancias de su encarcelamiento y fuga, derivado
de eso, también podrías profundizar en torno al dato que compartió sobre el
momento en que la Aguilita azteca aprendió a leer y a escribir.
Las fuentes que consultamos no siempre nos otorgan
información directa, sino que, como en este caso, pueden ofrecernos pistas
útiles sobre aspectos que podríamos investigar aún más para enriquecer el
relato.
Actividad 2
Ha llegado el momento de que empieces a planificar formalmente
tu relato histórico. Para lo cual revisa los pasos propuestos en la página 92
del libro de texto de Español, Planifiquemos el relato histórico:
Es importante que ya hayas elegido el hecho o
acontencimiento de tu relato historico.
¿Sobre qué hecho o acontecimiento estás escribiendo
tu relato histórico? escríbelo en tu cuaderno, a fin de que te vayas dando
cuenta de lo que tienes y lo que hace falta.
En este caso y a manera de ejemplo, el hecho o
acontecimiento del que has venido participando se da en el momento histórico de
la Revolución Mexicana cuyo personaje elegido, entre muchos otros, es Francisco
Villa.
Ahora, que ya se tiene el hecho o acontecimiento, es
necesario definir lo que quieres saber de ese momento histórico y lo que
quieres narrar de ese hecho o acontecimiento.
Por ejemplo, podrías enfocarte en la manera en que
ha sido representado tanto su físico como su forma de ser, para lo cual
requerirás definir, ¿En qué periodo te centrarás?
Podría ser, por ejemplo, que te enfocaras en los primeros
años de lucha revolucionaria, quizá de 1910 a 1913, aproximadamente.
¿Te planteaste algunas preguntas que puedan ayudarte
a guiar tu investigación?
Para guiar tu investigación podrías elaborar
preguntas como la siguiente:
¿Cómo fue representado tanto el físico como la forma
de ser de Francisco Villa en distintos relatos históricos que describen los
acontecimientos de los primeros años de la Revolución?
Como pudes observar, en este caso, todo está en una
sola pregunta, la cual te lleva a pensar en donde tendrás que investigar para
elaborar la narración de tu relato histórico, es decir, determinar las fuentes
de búsqueda, de las cuales debes registrar las referencias bibliográficas de
las fuentes consultadas.
En este ejemplo, podrías basarte, sobre todo, en los
fragmentos de relatos históricos que leíste en las sesiones anteriores y lo que
has escrito en tu cuaderno.
Recuerda establecer el orden en el que narrarás los
acontecimientos, es decir el inicio, el desarrollo y el cierre.
Puedes seguir un orden cronológico, que como has
podido apreciar en todos los relatos históricos que has leído, ese es un rasgo
fundamental de este tipo de textos.
Ten presente que los sucesos deben narrarse
siguiendo un orden lógico y coherente, sin brincos injustificados en el tiempo,
ni en las ideas.
Actividad 3
Revisa las páginas 90 a la 94 de tu libro de texto
de Español, donde podrás encontrar la información acerca del uso de conectivos para indicar un orden temporal, y la relación causa y consecuencia, así como los tiempos verbales en pasado para señalar sucesión y simultaneidad, aspectos que ya estudiaste y que, como observaste en los textos leídos,
son también fundamentales en un relato histórico.
Con la revisión de los fragmentos de los relatos
históricos, recordarás que en varios momentos se ha dicho que, don Doroteo
Arango, es decir Francisco Villa, era una persona “extraordinaria”, ¿Sabes que
significa la palabra “extraordinaria”? y ¿Qué significa “ordonario”?
Busca en tu diccionario, las palabras extraordinario
y ordinario.
Extraordinario. Fuera del orden o regla natural o común. Añadido a lo ordinario.
Ordinario. Común, regular y que sucede habitualmente.
El Reto de Hoy:
Realiza
la planificación de tu relato histórico de acuerdo con las pistas que revisaste
en la actividad 2. Una vez que hayas hecho tu planeación, compártela con
alguien cercano y explícale lo que ya tienes y lo que te hace falta, quizá te
pueda apoyar en conseguir lo que falta para que puedas dar paso a la
elaboración del borrador de tu relato histórico.
Si te es posible, consulta otros libros y comparte el
tema de hoy con tu familia. Si tienes la fortuna de hablar una lengua indígena
aprovecha también este momento para practicarla y platica con tu familia en tu
lengua materna.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
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