Martes
26
de Enero
Quinto de Primaria
Historia
Rumbo a un nuevo siglo…
Aprendizaje esperado: Ubica la duración del Porfiriato y la Revolución
Mexicana aplicando los términos año, década y siglo, y localiza las zonas de
influencia de los caudillos revolucionarios.
Énfasis: Ubicación
temporal y espacial de los principales acontecimientos durante el Porfiriato y
la Revolución Mexicana.
¿Qué vamos a aprender?
Aprenderás la ubicación temporal y espacial de los principales
acontecimientos durante el Porfiriato y la Revolución Mexicana.
El día de
hoy iniciaremos los temas del Bloque III de nuestro libro de Historia de 5º
grado de primaria, te pido que tengas a la mano tu libro.
¿Qué hacemos?
Para
iniciar nuestra clase vamos a ubicar el Porfiriato y la Revolución Mexicana, en
el tiempo y en el espacio, llegó la hora de hablar sobre un hombre muy
importante de este periodo, Porfirio Díaz.
Porfirio
Díaz fue un presidente de México, un militar que desde joven apoyó la causa
liberal. En la Revolución de Ayutla, contra la dictadura de Santa Anna, estaba
asociado con la facción liberal radical, es decir con los juaristas. Durante la
Intervención Francesa destacó en los campos de batalla y llegó a ser general de
división, comandó al ejército que derrotó a las fuerzas del mariscal Bazaine en
la batalla del 2 de abril en Puebla, esa batalla marcó el derrumbe del Segundo
Imperio e Intervención Francesa. De ahí, que a Porfirio Díaz se le conociera
como el “héroe del 2 de abril”. Por sus méritos militares y su militancia en el
Partido Liberal desde 1867 comenzó su lucha por conseguir la presidencia de la
República. Fue a finales de 1876 cuando, por primera vez, se convirtió en
presidente México, aunque sólo fue interino, y ya en 1877 se convirtió por
primera vez en presidente constitucional de la República. Este cargo lo tuvo
hasta 1880, pero luego volvió a ocupar la silla presidencial de manera
ininterrumpida, entre 1884 a
1911.
Durante
el Porfiriato sucedieron una serie de hechos importantes y hubo cambios muy
profundos. Fue una época en la que, a pesar del desarrollo económico, llegó a
existir tanta inconformidad que en 1910 se desencadenó una revolución, y fue
justamente la Revolución Mexicana el proceso que logró derrumbar al Porfiriato,
régimen que para ese entonces daba muestras de decadencia en los aspectos
políticos y sociales.
El Porfiriato se define por estos límites temporales:
inicia en 1876 con la llegada de Díaz al poder y concluye en 1911 cuando este
personaje renunció a la presidencia y abandonó el país para nunca más volver.
Te invito a ver la línea del tiempo que se encuentra en
las páginas 78 y 79 de tu libro de texto.
Como puedes observar, esta línea comprende de 1875 a
1920, y en ella se enmarcan varias etapas: empieza con el primer gobierno
constitucional de Porfirio Díaz, de 1877 a 1880; le sigue la administración del
presidente Manuel González, 1880-1884; después, en color verde se indica la
dictadura de Porfirio Díaz, entre 1884 y 1911 y, por último, la etapa de la
Revolución Mexicana que va de 1910 a 1920, periodo en el que destacan
personajes como Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa y
Venustiano Carranza. También en esta época sobresale la promulgación de una
nueva Constitución en 1917, que planteó soluciones a muchos de los problemas
del país. Ese fue el gran triunfo de la Revolución Mexicana.
La línea del tiempo inicia con la Rebelión de Tuxtepec
en 1876; Porfirio Díaz desde 1867 participó en las elecciones presidenciales,
así como en las de 1871, perdiendo en ambas, como vimos en clases pasadas
triunfó Benito Juárez. Cabe señalar que tras la derrota de 1871, Díaz se rebeló
y lanzó el Plan de la Noria bajo el lema de “Constitución de 57 y libertad
electoral” exigiendo menos gobierno, mayor libertad y aplicación estricta de la
Constitución de 1857. El Plan de Tuxtepec lo lanzó en enero de 1876, para
rebelarse en contra de las aspiraciones reeleccionistas del presidente
Sebastián Lerdo de Tejada, que sucedió a Benito Juárez desde 1872, y al cual
acusaba de haber violado la Constitución de 1857. El movimiento armado al mando
de Porfirio Díaz salió victorioso, en parte por su campaña militar, pero
también por el enfrentamiento entre Sebastián Lerdo de Tejada y José María
Iglesias, el cual también desconoció a Lerdo como presidente. Fue así como Díaz
pudo llegar a ser presidente de la República.
Esa rebelión fue contra una reelección, quién diría en
ese momento, que una vez en el poder Porfirio Díaz se reelegiría una y otra
vez. Esas son las contradicciones que podemos encontrar en los procesos
históricos. Porfirio Díaz en su rebelión estuvo apoyado por liberales radicales
y por antiguos conservadores partidarios de Maximiliano. Ya siendo presidente,
con el objetivo de pacificar en lo político al país, concilió con distintos
grupos políticos y de esta forma poder atender y solucionar problemas
económicos, marcados por la inestabilidad financiera, fiscal y la persistencia
del endeudamiento externo, así como los problemas sociales y culturales. Esa
fue su principal tarea durante su primer mandato.
Al terminar este periodo, en 1880, le tocó al general
Manuel González gobernar un país con grandes retos y marcadas desigualdades
sociales.
Recuerda que durante todo el siglo XIX, México
enfrentó graves problemas económicos, intervenciones extranjeras y muchas
dificultades para establecer y mantener una forma de gobierno, el panorama era
muy complicado, Díaz regresó a la presidencia en 1884, y en 1887 el Congreso
modificó la Ley para que pudiera reelegirse, primero por una vez, y en 1890
nuevamente la Ley se modificó para que no hubiera restricciones en las
siguientes reelecciones. Resulta paradójico, pues años antes logró llegar a la
presidencia gracias a una lucha antirreeleccionista.
Porfirio Díaz se distinguió como un político muy hábil capaz de negociar y
conciliar con las distintas facciones políticas, para gobernar aplicó el lema
de “Poca política y mucha administración”. Esto significa que Díaz conformó una estrategia en la que
controlaba las lealtades que le ofrecían las autoridades locales y regionales,
esto con el fin de que no se dieran conflictos políticos que desestabilizaran a
sus estados y repercutieran en el país.
La característica principal de los cambios económicos
y sociales del Porfiriato es la modernización. Se construyeron ferrocarriles y puertos nuevos, se
introdujeron nuevas tecnologías en algunas empresas y todo eso acentuaba la
imagen de un país en desarrollo. La meta era alcanzar el progreso y unirse al
ideal de la modernidad.
Una de las
ventajas de la construcción del ferrocarril era que redujo el tiempo de
traslado entre un lugar y otro, tanto para las personas como para los productos
y bienes de consumo. Ahí se puede notar cierto progreso, el desarrollo material
del Porfiriato es un hecho que se reflejó también en la construcción de grandes
obras de infraestructura urbana, como el Gran Canal del Desagüe de la Ciudad de
México o la construcción de hospitales, escuelas y palacios que albergaban
algunas Secretarías de Estado, estos últimos aún los podemos apreciar en el
centro Histórico de la Ciudad de México.
Fue un gran
momento de desarrollo económico para nuestro país, pero también fue una etapa
de gran desigualdad social, es decir, el desarrollo económico no benefició a
todas las personas y mientras unos tenían mucho otros no eran dueños ni de sus
vidas.
Por ejemplo, en
las haciendas que estaban distribuidas en diversas partes de la República, pero
principalmente en las del sureste del país que requerían mano de obra barata
para la agricultura de exportación, los campesinos sin tierra trabajaban como
peones completamente subordinados a las exigencias de los hacendados y los
capataces, sin ningún derecho ni oportunidad para prosperar.
En las fábricas, las y los obreros corrían con
la misma suerte que los campesinos porque no tenían ningún derecho laboral; las
jornadas eran extenuantes y los salarios muy bajos, además, en las minas del
norte del país y en los ferrocarriles había preferencia por el trabajador
norteamericano, para ellos había mejores salarios.
De hecho, las y los obreros levantaron la voz
para denunciar las condiciones en que se encontraban. La huelga de Cananea, en
Sonora, en 1906 y la rebelión de Río Blanco, en Veracruz, en 1907, son muestras
de ello. La represión del gobierno se impuso sobre estos movimientos, pero
fueron precursores de la Revolución Mexicana.
A finales del
siglo XIX y comienzos del XX, Díaz gozaba de prestigio internacional como buen
gobernante, pero la realidad en la que estaba sumida la mayoría de la población
era visible en escenarios desoladores: Las posibilidades de ascenso social eran
casi nulas, los sueldos bajísimos de los trabajadores apenas les permitían
subsistir, las viviendas miserables los exponían a riesgos de salud, sólo una
minoría tenían tierras propias y existían pocos lugares de cultura y
esparcimiento para toda la población.
Como parte de la
sociedad desigual de ese entonces, en la que vivían muy diferente los que
tenían todo con respecto a los que no poseían nada, se encontraba, además, una
creciente clase media conformada por rancheros, pequeños propietarios,
comerciantes, profesionistas, burócratas, etcétera.
A su vez, entre
estos grupos, estaban quienes se sentían conformes con la forma de la sociedad,
pero también había otros que advertían las injusticias y los abusos del
gobierno y que creían que las condiciones de vida del país debían cambiar. Y,
sobre todo, pensaban que Porfirio Díaz debía dejar el poder en manos de una
nueva generación; por supuesto, una más joven a la que él pertenecía.
Ya era el
momento de escuchar que hubo quien no estaba de acuerdo con la forma en que
trabajaban los campesinos y obreros, esa tarea también la llevó a cabo la
prensa liberal que denunció la forma impositiva de gobernar. Y por eso, por
publicar críticas contra el gobierno de Díaz, muchos periodistas llegaron a ser
encarcelados y reprimidos. La falta de libertad de expresión es otra de las
características de este periodo.
La Revolución
Mexicana ocurrió por diversas causas, como el descontento social y político que
se fueron acentuando en el transcurso de las tres décadas en que gobernó
Porfirio Díaz. Las últimas elecciones presidenciales en las que participó Díaz
se llevaron a cabo en 1910, en condiciones muy distintas a las anteriores, pues
dos años antes, las declaraciones que Díaz había hecho al periodista
norteamericano James Creelman, sobre estar dispuesto a dejar la presidencia en
1910 y señalar que el pueblo de México estaba preparado para elegir a sus
gobernantes de forma pacífica, detonaron una animada participación política.
Ante las declaraciones de Díaz, se crearon
nuevos clubes políticos. Uno de estos contó con la participación del hacendado
coahuilense Francisco I. Madero, quien fue designado por la Convención Nacional
Antirreeleccionista, como candidato presidencial. En 1909, a pesar de las
declaraciones de Porfirio Díaz y su avanzada edad, la Convención Reeleccionista
lo postuló como candidato a la presidencia de la República, para el periodo
1910 - 1916.
Las propuestas de Madero hicieron eco en gran
parte de la población, ya que planteaban un cambio político y en parte, social. Siendo consciente de la
popularidad de Francisco I. Madero, Porfirio Díaz lo mandó encarcelar durante
las elecciones y así él fue declarado ganador, electo por novena ocasión como
presidente junto a Ramón Corral como su vicepresidente para el sexenio 1910-1916.
Francisco I. Madero se fugó́ de San Luis Potosí́
rumbo a Estados Unidos. Al ver canceladas todas las vías legales para terminar
con la dictadura de Díaz, hizo un llamado a hacer la Revolución el 20 de
noviembre de 1910, mediante el Plan de San Luis. En este documento se
declararon nulas las elecciones, por lo que Madero ocupó de manera provisional
la presidencia y convocó a todos los mexicanos para tomar las armas en contra
del gobierno del general Porfirio Díaz.
La revolución maderista avanzó incontenible en
toda la República, fueron surgiendo importantes líderes regionales como Pascual
Orozco, Francisco Villa y Emiliano Zapata. En mayo de 1911, después de la toma
de Ciudad Juárez, Chihuahua, por parte de los revolucionarios, Porfirio Díaz
tuvo que renunciar. Estos son otros hechos que, dada su trascendencia, no
podían faltar en nuestra línea del tiempo.
La dictadura porfirista fue derrotada en sólo
seis meses, su renuncia se recibió
en todo el país con enorme alegría y así se dio fin a la etapa maderista de la revolución. En noviembre de
1911,
Francisco I. Madero asumió la presidencia.
La Revolución Mexicana fue un proceso largo, que
ocurrió desde los últimos años del Porfiriato y que se prolongó, incluso,
después del triunfo del movimiento maderista, ya que los conflictos
continuaron, surgieron varios grupos armados con intereses políticos
diferentes. En febrero de 1913, el general Victoriano Huerta obligó al presidente
Madero a renunciar y lo mandó asesinar, esto desencadenó de nueva cuenta otro
levantamiento armado entre distintas facciones y esta lucha se prolongó durante
los siguientes años.
Para que tengas un panorama general, observa el
siguiente vídeo.
·
Revolución mexicana. Bicentenario México 2010.
https://www.youtube.com/watch?v=B4ZAiaBl53E&list=PL1B49997E5FD2C4E5&index=5
Acabas de ver momentos e imágenes reales de los personajes
de la Revolución Mexicana.
Como veremos más adelante, estos periodos son famosos
por la gran cantidad y variedad de fuentes primarias que se produjeron: cientos
de periódicos, miles de fotografías, corridos y hasta las primeras películas.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
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